DISEÑO DE OFICINAS

El taxi se paró bajo el semáforo rojo dejando cruzar a un grupo de chicas vestidas de sábado noche. En ese momento escuché un silbido adulador que las hizo girar sin que encontraran a nadie tras ellas, el mismo silbido que había oído dos semáforos atrás. Le pregunté al taxista por él y me confesó que llevaba un panel oculto con botones para emitir sonidos y quedarse con el personal. Me dijo literalmente: “Pasamos muchas horas en el trabajo, hemos de sentirnos bien en él”.

En las oficinas donde trabajamos tenemos muchas menos limitaciones que el taxista, sin embargo son raras las que tienen en cuenta el bienestar físico y emocional del trabajador.

No estamos muy lejos de las macro oficinas que aparecían en la película de El Apartamento de Willy Wilder, han pasado más de 50 años y aún hoy podemos ver cubículos extendidos hasta el horizonte en las grandes compañías. En pequeñas empresas el panorama es diferente pero tampoco muy alentador: los conceptos “imagen de empresa” y “ergonomía” son desconocidos para la suerte de la competencia y los fisioterapeutas.

Nos falta cuidar el cuerpo y la mente en el trabajo. Está claro que el cuerpo lo podemos atender con mobiliario adecuado, sobre todo las sillas, y con un diseño de la iluminación y la acústica bien estudiado. El empresario que gestiona la oficina ha de darse cuenta que una mayor inversión en mobiliario ergonómico se traduce en menos bajas laborales y más eficacia en el puesto de trabajo.

Del mismo modo que cuidamos el cuerpo, hemos de dedicar atención a los aspectos psicológicos de los trabajadores. El bienestar emocional resulta rentable en muchos sentidos: fomenta la productividad, la creatividad, la autoestima, el buen ambiente de trabajo… es decir, aumenta el rendimiento de los trabajadores y les hace estar felices.

El diseño de oficina ha evolucionado un paso más. Hay empresas que han sabido conjugar el cuidado del cuerpo con el bienestar mental, adaptándose a la forma de trabajar de hoy en día, más flexible y dinámica. Los puestos de trabajo no han de ser inmóviles, las salas de reuniones no tienen porqué ser un lugar serio e imponente, pueden fomentar la creatividad tan necesaria en todo puesto de trabajo. Ante la escasez de metros cuadrados pueden diseñarse espacios multifuncionales que siempre tengan un uso, en lugar de crear grandes salas de juntas que pocas veces se emplean. Un buen diseñador sabe cómo sacar partido al espacio fomentando la interacción, la flexibilidad y el bienestar de los trabajadores sin que se pierdan metros cuadrados.

Todo esto aquí contado lo pusimos en práctica cuando se nos encargó el diseño de las oficinas de La Ebanistería, una fábrica de muebles cuyas oficinas se habían quedado pequeñas y anticuadas. Las seis personas de la oficina técnica pasaron de trabajar en unas mesas clásicas de una sala gris a estar sentadas bajo un árbol que creamos en la parte central de la nueva oficina. Las raíces de este árbol forman una gran mesa orgánica que acoge en los mismos metros cuadrados de antes a los seis trabajadores y permite la incorporación de más personal. Con esta mesa sinuosa fomentamos la comunicación, la creatividad y la interacción entre ellos y además aportamos el valor añadido del bienestar psicológico.

Diseñamos un lugar amable y divertido donde se pueden compartir buenos momentos mientras trabajamos a la sombra de un árbol.


Oficinas La Ebanistería | Diseñadas por: DSIGNIO